martes, 31 de mayo de 2016

TAREA 3.- MI COMUNIDAD DE PRACTICA.-

La comunidad de trabajo que trato de crear en mi centro de trabajo parte de la base de la necesidad de innovar en un mundo tan carpetovetónico como el de la Justicia. Si bien es cierto que las herramientas con las que trabajamos a diario no se acercan, ni de lejos, a las últimas novedades tecnológicas, no es menos cierto que todo tiene cierto margen de aprovechamiento que, en la mayoría de los casos, por simple inercia y, porque no decirlo, por simple comodidad, no se utiliza. En nuestro caso concreto, en los últimos meses y a la sombra del runrun de los cambios políticos que todos dicen que se avecinan, están surgiendo como verdaderos champiñones reformas, unas obligadas por la Unión Europea y otras por el empuje social, acompañadas en muchos casos de resquicios tecnológicos susceptibles de ser utilizados. En nuestro caso nos hemos centrado en este momento concreto en la firma electrónica, después de haber implantado de forma bastante exitosa otras innovaciones en forma de herramientas tecnológicas que, aunque no estaban directamente a nuestro alcance, hemos conseguido, a base de ser pesados, que sean puestas a nuestra disposición por parte de los Servicios de Informática. Pero como no solo de nuevas tecnologías vive el hombre, nos hemos planteado también el reto de innovar en el trabajo diario, simplificando dentro de lo posible la mecánica del mismo y protocolizando, también dentro de lo posible los pasos a dar como hitos dentro de cada procedimiento.
La estrategia utilizada se basa en la existencia de un “líder  innovador”, capaz de tirar del carro de aquellos compañeros que mayor resistencia al cambio arrastran y de transmitirles la inquietud por la simplificación de las tareas, a la vez que explica y pormenoriza detalladamente las bondades de los nuevos métodos de trabajo y la utilización de tecnologías hasta la fecha no aprovechadas, todo ello junto con el obligado abandono de técnicas obsoletas y a la vez implantadas desde tiempos inmemoriales. Reto nada fácil, la verdad, porque como decía al principio, se trata de una administración anclada en el siglo XIX, en la que cualquier innovación suena al mismo diablo, por experiencias negativas acumuladas y la impresión imperante de que cualquier cosa nueva no hace sino complicar lo ya existente. Por supuesto, el trabajo de dicho líder, necesariamente ha de venir acompañada de la implicación del resto de la comunidad, y de la capacidad de autocrítica de dicho líder, de tal forma que tome en consideración las sugerencias que vayan surgiendo de la propia comunidad, lo que conseguirá, sin duda, enriquecer y mejorar la experiencia.
La forma de comunicación utilizada no puede ser mas directa, ya que convivimos a diario en un escaso espacio, no existiendo más obstáculo para el buen curso de dicha comunicación que el que los emisores y destinatarios de la misma estén dispuestos, al menos, a escuchar atentamente lo que se les explica y, a su vez, sean capaces de participar en tan ingente reto, tareas ambas que, a ratos se hace difícil, porque a todo lo relatado hasta este momento hay que añadir la importante carga de trabajo existente que impide muchas veces, una verdadera implicación personal en reto.
Los artefactos utilizados se están limitando, hasta la fecha, a la toma e intercambio de “apuntes” que, con el tiempo, y con vistas al futuro, tenemos la intención de plasmar en manuales básicos, que puedan ser utilizados por las nuevas incorporaciones a este Centro de Trabajo, lo que facilitaría en buena medida, su integración en el grupo.

Ni que decir tiene que todo lo anterior parte de la base de un verdadero compromiso por parte de los integrantes de esta “comunidad” y de la evidencia de tratar de continuar integrando a aquellos que se vayan quedando descolgados, ya sea por falta de “capacidad” innovadora o por desidia propiamente dicha.

domingo, 29 de mayo de 2016

Este es MI RETO


ESTE ES MI RETO, NUESTRO RETO.-

Hay una herramienta cuyo uso es posible en mi trabajo, por estar ya implantada, pero que casi nadie (salvo un par de locos “innovadores) utiliza precisamente por eso, por ser nueva: LA FIRMA ELECTRÓNICA. Ya llevaba tiempo planteándome su uso, pero el RETO planteado en este curso ha sido el empujón definitivo que me ha llevado a su utilización.

DIARIO DE USO DE LA FIRMA ELECTRÓNICA:

Día 1: Tras sentarme a dialogar con la Letrada de la Administración de Justicia (antigua Secretaria) de mi Juzgado, le planteo la posibilidad de comenzar con el uso de esta herramienta. La verdad es que ella está abierta normalmente a mis sugerencias de innovación, por lo que tras intentar convencerla durante un rato, finalmente, no se si por hastío, para que la deje tranquila o porque realmente cree en que puede dar buen resultado, decide aceptar mi propuesta, a modo de prueba y para ver como va. Ah! Me recuerda que en poco más de un mes su uso se implantará como obligatorio, por lo que podríamos esperar para entonces. Nada más lejos de la realidad: insisto en que es buen momento para empezar a probar y finalmente lo acepta.

Día 2: Comienzo el uso a destajo de la herramienta. No soy persona de medias tintas, o todo o nada. Mis compañeros me miran con caras de sorpresa. ¿Te has vuelto loco o que? ¿para que te complicas la vida si todavía no es obligatorio usarla?. A pesar de esos comentarios me mantengo firme en mi intención, y la verdad, no estoy del todo descontento con la herramienta, aunque algunos aspectos se podrían mejorar. Me prometo a mi mismo llamar mañana a primera hora al Servicio de Informática para sugerir un par de mejoras en la herramienta.

Día 3: Conforme a lo prometido, esta mañana he llamado al Servicio de Informática. Para variar me dicen que la herramienta está implantada así y que si quiero sugerir alguna mejora lo haga por escrito o vía fax ¿incongruente no? Sobre todo tratándose de un Servicio de Informática. Pero bueno, manos a la obra, pongo esas sugerencias, desde el convencimiento firme de que no me van a hacer caso, pero bueno, igual tengo suerte. Sigo usando la herramienta a destajo.

Día 4: Cada día estoy más contento con el uso de la firma electrónica. Me ahorra mucho tiempo y muchas levantadas para ir a la impresora. Le pregunto a la Letrada de la Administración de Justicia y ella no parece estar tan feliz: por lo visto, su parte de la herramienta no funciona demasiado bien, y eso le está retrasando su tarea. Le digo que lo siento, pero que ya puestos, no vamos a dejarlo. Que se queje al Servicio de Informática, que yo ya lo he hecho. De momento cuela.

Día 5: Otro día mas de uso de esta fantástica herramienta. He conseguido, además, que otra compañera comience a usarla, tras desvelar a todos lo cómoda de usar que es. Supongo que en los próximos días se seguirán sumando otros compañeros mas remisos. La Jefa no parece tan contenta, porque le obliga a tirar de ordenador más de lo que ella quisiera, acostumbrada como ha estado siempre al formato papel y a gastar bolígrafos. Ni que decir tiene que la Juez sigue negándose a usarla hasta que llegue primeros de Junio, en que su implantación se convierte en obligatoria para todos.

Día 6: Mi labor de captación sigue dando sus frutos, tras empezar ayer una compañera su uso y ayudarme a contar las bondades, y por supuesto algunos inconvenientes susceptibles de arreglo, otros dos compañeros se han sumado hoy también al club de los firmantes digitales y tengo la promesa en firme de un par de ellos más que se han comprometido a estudiar como va el tema para empezar a usarla en los próximos días. Yo, por mi parte, he podido notar que ahorro bastante tiempo y que el sistema es finalmente bastante cómodo, aunque quedan por resolver algunas mejoras puntuales, ya hechas llegar al Servicio de Informática, aunque de momento sin respuesta. Queda también acomodar el trabajo diario al uso de esta nueva herramienta, en el sentido de abandonar pautas que se van quedando obsoletas, como puede ser la impresión de todas las resoluciones firmadas electrónicamente, lo que ocurre es que no quiero “abusar” de la buena fe de la Jefa. Con el tiempo se irá viendo que no tiene sentido seguir imprimiendo tanto papel y todo caerá por su propio peso, y si no, pues habrá que darle otro toque.

Día 7: Bien, cada día más contento. Sigo sumando participantes en el uso de la firma digital y todo el mundo coincide en que la herramienta es útil, aunque lógicamente hay que adaptarse a la misma. Hoy, además, tenemos una nueva incorporación en el Juzgado y yo he aprovechado para ofrecerme a explicarle, entre otras muchas cosas, el uso de la firma digital. Es curioso que ella, que no ha trabajado en su vida en un Juzgado, cuando le he estado explicando el uso de la herramienta, me ha planteado prácticamente las mismas dudas que yo tuve al principio, de mero sentido común, sin que se entienda bien porque los informáticos que han diseñado el sistema tienen un sentido común distinto del nuestro.

Día 8: Que las tecnologías fallan ya lo sabíamos, pero que empiece a fallar de una forma tan exagerada a los pocos días de comenzar a usarla ya es peor: la Letrada de la Administración de Justicia lleva dos días sin poder firmarme digitalmente todo el tocho de trabajo que le he mandado. Está que echa humo, por un lado porque ve como se le acumula el trabajo y, por otro, porque cada vez más compañeros se van sumando a la iniciativa. De hecho ya solo quedan 5 que no la usan para nada. De los demás, hay uno que lo usa solo para determinadas cosas, pero los demás funcionarios del Juzgado nos hemos volcado en el uso de esta novedosa herramienta y, por lo que he podido preguntar, todos contentos con ella, el proceso de adaptación ha sido realmente rápido. Eso si, los compañeros que quedan suelen ser los más remisos al uso de estas cosas novedosas, aunque lo cierto es que a mediados de la semana que viene van a tener que hacerlo si o si, porque hay una norma que les obliga. Se aproximan pues días intensos...


Día 9: Hoy ha ido mejor el día. Parece que el buen funcionamiento de la herramienta depende en buena medida de la cantidad de gente que la esté usando a la vez, con lo cual, como no la optimicen, el próximo día uno puede ser un verdadero caos. Hoy ha vuelto una compañera que ha estado en un curso relacionado con la firma digital y la verdad es que lo que nos ha contado ha resultado un poco descorazonador.



Día 10: Se acerca el día límite, 1 de Junio y todavía hay compañeros  que no se atreven con la firma 
electrónica. Hoy me he ofrecido a darles un "cursillo" para ponerles de manifiesto las bondades del sistema,
 pero a pesar de ello se resisten. De hecho hay una que me ha dicho categóricamente que ella, hasta que no
 le obliguen, no piensa utilizarla. Cada uno es cada uno, pero lo cierto es que es una pena, porque la 
herramienta ahorra bastante tiempo y es muy cómoda, al menos, como ya he dicho otras veces, para los
 funcionarios. De todas formas La Jefa me dijo el otro día que cada vez firma más rápido, siempre y
 cuando la plataforma le deje, claro, pero que por lo demás también ella está cada día mas contenta con
 su uso. A ver que  pasa el día uno de Junio, cuando la Juez se vea obligada también a utilizarla.
 

Día 11: EL DIA. Efectivamente, hoy es el día. Los que se habían resistido al cambio, no les queda otro remedio que adaptarse hoy, a la fuerza. A pesar de eso, todavía observo que hay un par de remolones dándole vueltas al tema. La administración nos obliga a todos, pero...¿Están los Jueces incluidos en esa totalidad?. De momento la Juez del Juzgado donde trabajo le dijo ayer a una compañera que ella no se niega a utilizar la herramienta (hasta ahí podríamos llegar, la Ley nos obliga a todos), pero que no puede hacerlo porque “le falta una cosa” y ella creyó que los de informática iban a venir a instalá rsela y que claro, se ha despistado y se le ha olvidado llamarlos para que vengan y tal y cual. El caso es que dice que ella de momento va a seguir firmando con boli. En lo que a mi respecta, la próxima resolución que tenga que firmarme, se la voy a mandar electrónicamente y que sea lo que Dios quiera. Por mi no va a quedar, a ver por donde me sale. Seguiremos informando...
Día 12: La suerte estuvo ayer de mi parte: no generé ni una firma de la Juez y hoy, a primera hora de la mañana, teniendo en cuenta que la incidencia la había puesto una Magistrada, estaba en el Juzgado el de informática, arreglándole a la Juez “su problema”. Por supuesto la firma que he generado hoy se la he enviado electrónicamente, conforme a lo ya prometido, y no le va a quedar otro remedio que tragársela, a pesar de su resistencia. En lo que a los compañeros remisos se refiere, han tenido también que entrar por el aro, todos salvo uno, el más difícil que “se ha salvado por la campana”, porque es interino y justo ayer lo cesaron. Los demás, con sus más y sus menos van afrontando el reto. Yo, por mi parte estoy encantado. Ahorro un tiempo considerable, ahorro en paseos a la impresora y cada día me voy organizando mejor con la novedad, que a todas luces, ha llegado para quedarse. Insisto en que hay cosillas que pulir, y en ello estamos, dando la lata casi a diario al Servicio de Informática, pero se ve que, como casi siempre, al no ser ellos los que lo sufren, no tienen demasiada prisa en arreglarlo.

Día 13: Al final, me pese o no, me he convertido en un referente en lo que a la implantación de la firma electrónica, no solo en mi Juzgado, sino también en los vecinos, se refiere. Me paso media mañana dando explicaciones a dudas (la mayoría de las cuales me surgieron también a mi al principio) de los compañeros. De momento las respondo gustoso, por la novedad, a ver que pasa cuando pasen unos días y los de siempre empiecen a preguntarme cosas que ya he contestado con anterioridad varias veces. La verdad es que entre mis pocas virtudes no está la paciencia, que le vamos a hacer.

Día 14 y epílogo: Bueno, pues parece que esto llega a su fin, no por supuesto el uso de la herramienta de firma electrónica con la que os he estado martilleando las últimas dos semanas, por supuesto que no, sino el magnifico CURSO DE INNNOVACION EN EL SECTOR PUBLICO en el que, casi sin quererlo, me he visto inmerso. Soy una persona inquieta por naturaleza, pero la verdad es que este curso me ha brindado la oportunidad de recordar viejas pasiones que tenía escondidas, o mejor dicho, un tanto aletargadas por el tedio de lo diario: el gusto por lo nuevo, por ser capaz de tomar la iniciativa ante nuevos retos. Este de la implantación de la firma electrónica, que de otra forma lo hubiera tomado como la obligación de aceptar a regañadientes una nueva herramienta informática que, como muchas de las novedades que en los últimos meses y años nos están llegando en forma de imposición, supone al principio un retraso en la labor diaria, pero que al cabo de los meses terminamos reconociendo que “no viene mal”. Esta vez, sin embargo, ha sido distinto. He intentado desde el principio ver lo positivo de la herramienta, no cerrarme a su utilización y no dejar de ser crítico con la forma en la que está implantándose y creo que puedo decir, sin temor a equivocarme, que se lo debo a este curso. También me ha servido para valorar las ventajas del trabajo en equipo, para liderar un proyecto en el que firmemente creía, sin renunciar a ello por simple comodidad, como en ocasiones anteriores me ha ocurrido. Por lo tanto, y para terminar, solo puedo decir que ha sido todo un acierto inscribirme en el mismo y me ha enriquecido más de lo que nunca hubiera pensado. GRACIAS.

SINTESIS.-

El reto abordado en esta ocasión ha consistido en la implantación de la herramienta de firma electrónica en un Juzgado, liderado por quien suscribe y en colaboración necesaria con las "Jefas" y compañeros de oficina.   El lugar de encuentro ha sido la Secretaría del Juzgado de 1ª Instancia nº 8 de Sevilla, nuestra caso, vuestra casa, y, por supuesto las charlas informales de la hora del café y de alguna que otra cerveza vespertina. La finalidad no ha sido otra que, con caso un mes de adelanto en el tiempo del uso obligatorio de dicha herramienta, ir probándola y adaptándonos a su utilización dentro de un clima de colaboración y positivismo. Hemos conseguido así llegar al día D con cierta soltura en su uso y "felices" de tan novedosa herramienta. Todos hemos aprendido con esta experiencia que la colaboración nos hace más fuertes y nos posibilita un mejor desarrollo de nuestras propias posibilidades.

Podemos pues decir que la experiencia ha sido totalmente positiva y que se ha conseguido alcanzar con nota el RETO propuesto en el plazo establecido para ello y podemos decir también que la herramienta, con las posibilidades de mejor que aún se vislumbran, ha terminado plenamente implantada en este Juzgado.

martes, 17 de mayo de 2016

TAREA 2.- EL DIA A DIA EN UN JUZGADO ESPAÑOL.-

Aunque el rol de mi puesto de trabajo (funcionario del Cuerpo de Gestión Procesal y Administrativa con destino en un Juzgado de 1ª Instancia), podría ser considerado como incardinado dentro del nivel “Técnico” y especialmente orientado a la gestión, como su propia denominación indica, la realidad es bien distinta, como consecuencia de la encorsetada y decimonónica organización de la Administración de Justicia para la que presto mis servicios. En efecto, mi labor diaria se centra casi en exclusiva, por no decir totalmente, en el apartado que el gráfico denomina “OPERACION”, sin tener prácticamente ningún acceso, ni siquiera roce, con el resto de apartados de dicho gráfico: ni innovamos (aunque algunos lo intentemos al menos en lo que a los procesos mas primarios se refiere), ni gestionamos nada ni a nadie, ni coordinamos, al menos no más allá de hacerlo alguna vez con un carácter meramente anecdótico, ni por supuesto planificamos nuevas estrategias. Se puede decir que todo nos “viene dado” por la organización y por la jerarquía, la mayor de las veces asfixiante, que nos rodea y nos supera. Somos una Administración caracterizada por la idea de jerarquía, de hecho debemos ser la única con casi más “jefes que indios”, jerarquía que, además, nos viene impuesta desde distintos y variados frentes: Gobierno Central, Gobierno Autonómico y, por supuesto, Gobierno de los Jueces (CGPJ) que curiosamente, y a pesar de ser el Gobierno de tan alto Cuerpo, suele imponer su criterio sobre los otros dos focos de poder. A mayor abundamiento, cada Juzgado español es un "Reino de Taifa", con un jefe principal, el Juez o Magistrado, un segundo de a bordo, el Letrado de la Administración de Justicia, y en un plano totalmente diferenciado y la mayor parte de las veces, salvo honrosas excepciones, muy distanciado, el resto de funcionarios al servicio de la Administración de Justicia. De ello se deduce un exceso de organización, seguramente mal entendida, de jerarquización, peor entendida aún (conozco pocas administraciónes donde el jefe siga siendo "Don Fulano o Doña Zetana" y te trate de usted para mantener las distancias contigo) y lo que es peor aún, una escasa o nula planificación: las cosas funcionan un poco por inercia, no porque se hagan de la mejor forma posible.

De todo lo anterior se deduce que mi labor diaria no es en nada comparable con la que se propone en el gráfico y es una verdadera pena, porque, por un lado, se está desaprovechando la capacidad de un cuerpo de funcionarios, los de Gestión, que en la mayor parte de los casos está sobretitulado (es un grupo A2, antes B, pero gran parte de sus componentes tienen titulación de grupo A1. Por ejemplo, en el Juzgado en el que trabajo, los 5 gestores somos licenciados en derecho), atribuyéndoles un trabajo meramente administrativo, que bien podría ser desarrollado por otros cuerpos al servicio de la administración de justicia y en los que no concurre, en ningún caso, la coexistencia de ese "mix" de actividades a que se alude en el tema. Por otro lado, se está alienando a esos funcionarios, precisamente por esa atribución de funciones meramente administrativas, que hace que su diferencia con otros cuerpos, como el de Tramitación Procesal y Administrativa, se limite a la nómina que todos percibimos a final de mes, y todo ello en aras a mantener los "privilegios", por llamarlos de alguna forma y la parcela de poder de los cuerpos jerárquicos y superiores, esto es, Letrados de la Administración de Justicia (antiguos Secretarios Judiciales) y Jueces.

Está claro que en mi caso, debería dedicar menos tiempo a labores administrativas, que son las que desarrollo casi en exclusiva y se me debería permitir dar alas a mis inquietudes, a permitir realmente gestionar la Oficina Judicial, introduciendo mejoras en la organización que se hacen completamente imprescindibles a día de hoy y que no terminan de llegar porque, a la escasa inversión económica que realiza la administración autonómica, se une el mal aprovechamiento de la misma, con la introducción de herramientas informáticas que no obedecen a las necesidades reales de un Juzgado del siglo XXI y sobre cuyo contenido y alcance no somos consultados en ningún caso los que a la postre vamos a utilizarlas de forma habitual. A todo lo anterior su une el hecho de que, cualquier mejora que se pretenda introducir, ha de pasar obligatoriamente por los filtros previos del Ministerio de Justicia y del Consejo General del Poder Judicial, lo que dificulta aún más su implantación, porque lejos de conseguir con ello una homogeneización de herramientas en todo el territorio nacional, superando así las diferencias territoriales existentes, lo que hacen es dilatar en el tiempo su implantación, pero no persiguen ni por supuesto consiguen en ningún momento dicho objetivo de homogeneización. Sirva como ejemplo la situación actual de los Juzgados españoles, que en cada Comunidad Autónoma disponen de su propio sistema de gestión procesal distinto y diferenciado de los demás que, para colmo, no están conectados, ni siquiera es posible hacerlo, entre ellos.

Pero lo peor y más lamentable de toda la situación expuesta, es que para cambiar este anticuado sistema haría falta una verdadera voluntad por parte de la Administración y un consentimiento, al menos tácito, de los actuales detentadores del poder real, que impiden a día de hoy el intraemprendizaje del que se nos habla en este curso, la creación de un entorno favorable a la innovación. Parecería que el relato de hechos que he leído en este tema estuviera inspirado, pero en sentido radicalmente contrario, en lo que vivo día a día en mi trabajo, pero claro, si partimos de la base de que seguimos trabajando en la mayor parte de los casos, con leyes del siglo XIX, precisamente porque ni el poder legislativo ni el ejecutivo tienen ninguna intención de que el tercer poder, el judicial, cambie lo más mínimo, en aras a mantener sus propios privilegios, todo tiene una explicación.

lunes, 16 de mayo de 2016

TAREA 1 - EL EJEMPLO VASCO.-

Yo os voy a exponer el ejemplo vasco.  Esta Comunidad Autónoma se caracteriza,  entre otras muchas cosas,  por su afán de abanderar experiencias pioneras en lo que a su propio autogobierno se refiere  y,  en ese sentido, no ha pasado por alto el tema que nos ocupa de "gobierno abierto"  plasmado en la página web http://opendata.euskadi.eus/w79-home/es/,  convertida en el portal de acceso a los datos públicos del Gobierno Vasco y definida como: Una iniciativa enmarcada dentro de la política de Gobierno Abierto de Euskadi.
Open Data Euskadi es el resultado del compromiso del Gobierno Vasco a exponer los datos públicos que obran en su poder de forma reutilizable, con el fin de que terceros puedan crear servicios derivados de los mismos.
Como consecuencia, los conjuntos de datos expuestos se ofrecen bajo licencias de propiedad abiertas, que permiten su redistribución, reutilización y aprovechamiento con fines comerciales.
Sus objetivos son:
  1. Generación de valor y riqueza
    Obteniendo productos derivados de los datos por parte de empresas, infomediarios y la ciudadanía en general.
  2. Transparencia en la Administración Pública
    Permitiendo la reutilización de los datos expuestos para analizar y evaluar la gestión pública.
  3. Interoperabilidad entre administraciones
    Facilitando la creación de servicios para la ciudadanía que utilicen datos de diferentes administraciones públicas.
  4. Ordenación interna de la información de la Administración
    Promoviendo la eficiencia en la documentación y clasificación de datos.                                                                                                                                                                                                      Su finalidad última no es otra que  facilitar y permitir que terceros puedan crear servicios derivados de los mismos:
    1. Por parte de la iniciativa privada: servicios con fines comerciales que contribuyan a generar valor para la ciudadanía.
    2. Por parte de otras Administraciones Públicas: servicios horizontales útiles para la ciudadanía y con información procedente de las diferentes administraciones competentes.
    3. Por parte de agentes interesados en fomentar la transparencia de las Administraciones Públicas: iniciativas de análisis y evaluación de la gestión pública.                                                                                                                                                          Creo que es un buen ejemplo de lo explicado en este primer módulo del curso.                                                                                                                                                                                                                                                                                    En cuanto a la cuestión que se nos plantea de sopesar la viabilidad de aplicación de esta experiencia a la administración en la que desarrollamos nuestro trabajo,  partiendo de la base de que trabajo en un Juzgado y,  por lo tanto,  en una de las áreas de la Administración Pública más obsoletas en lo que a "innovaciones"  se refiere,  no puedo sino pensar que la introducción de este ejemplo de gobierno abierto y, por ende,  de la transparencia que el mismo trae consigo,  sería no sólo deseable,  sino incluso imprescindible. En nuestro caso se están dando los primeros pasos para modernizar los obsoletos sistemas de trabajo y de comunicación con la ciudadanía en que nos movemos actualmente, y no dejan de surgir iniciativas pioneras,  eso sí,  hasta la fecha solo sobre el papel,  que esperemos que permitan,  en un futuro inmediato,  acercar esta parte  de la Administración al resto de la ciudadanía.