ESTE ES MI RETO, NUESTRO RETO.-
Hay una herramienta cuyo uso es posible en mi trabajo,
por estar ya implantada, pero que casi nadie (salvo un par de locos
“innovadores) utiliza precisamente por eso, por ser nueva: LA FIRMA
ELECTRÓNICA. Ya llevaba tiempo planteándome su uso, pero el RETO
planteado en este curso ha sido el empujón definitivo que me ha
llevado a su utilización.
DIARIO DE USO DE LA FIRMA ELECTRÓNICA:
Día 1: Tras sentarme a dialogar con la
Letrada de la Administración de Justicia (antigua Secretaria) de mi
Juzgado, le planteo la posibilidad de comenzar con el uso de esta
herramienta. La verdad es que ella está abierta normalmente a mis
sugerencias de innovación, por lo que tras intentar convencerla
durante un rato, finalmente, no se si por hastío, para que la deje
tranquila o porque realmente cree en que puede dar buen resultado,
decide aceptar mi propuesta, a modo de prueba y para ver como va. Ah!
Me recuerda que en poco más de un mes su uso se implantará como
obligatorio, por lo que podríamos esperar para entonces. Nada más
lejos de la realidad: insisto en que es buen momento para empezar a
probar y finalmente lo acepta.
Día 2: Comienzo el uso a destajo de la
herramienta. No soy persona de medias tintas, o todo o nada. Mis
compañeros me miran con caras de sorpresa. ¿Te has vuelto loco o
que? ¿para que te complicas la vida si todavía no es obligatorio
usarla?. A pesar de esos comentarios me mantengo firme en mi
intención, y la verdad, no estoy del todo descontento con la
herramienta, aunque algunos aspectos se podrían mejorar. Me prometo
a mi mismo llamar mañana a primera hora al Servicio de Informática
para sugerir un par de mejoras en la herramienta.
Día 3: Conforme a lo prometido, esta
mañana he llamado al Servicio de Informática. Para variar me dicen
que la herramienta está implantada así y que si quiero sugerir
alguna mejora lo haga por escrito o vía fax ¿incongruente no? Sobre
todo tratándose de un Servicio de Informática. Pero bueno, manos a
la obra, pongo esas sugerencias, desde el convencimiento firme de que
no me van a hacer caso, pero bueno, igual tengo suerte. Sigo usando
la herramienta a destajo.
Día 4: Cada día estoy más contento con
el uso de la firma electrónica. Me ahorra mucho tiempo y muchas
levantadas para ir a la impresora. Le pregunto a la Letrada de la
Administración de Justicia y ella no parece estar tan feliz: por lo
visto, su parte de la herramienta no funciona demasiado bien, y eso
le está retrasando su tarea. Le digo que lo siento, pero que ya
puestos, no vamos a dejarlo. Que se queje al Servicio de Informática,
que yo ya lo he hecho. De momento cuela.
Día 5: Otro día mas de uso de esta
fantástica herramienta. He conseguido, además, que otra compañera
comience a usarla, tras desvelar a todos lo cómoda de usar que es.
Supongo que en los próximos días se seguirán sumando otros
compañeros mas remisos. La Jefa no parece tan contenta, porque le
obliga a tirar de ordenador más de lo que ella quisiera,
acostumbrada como ha estado siempre al formato papel y a gastar
bolígrafos. Ni que decir tiene que la Juez sigue negándose a usarla
hasta que llegue primeros de Junio, en que su implantación se
convierte en obligatoria para todos.
Día 6: Mi labor de captación sigue dando
sus frutos, tras empezar ayer una compañera su uso y ayudarme a
contar las bondades, y por supuesto algunos inconvenientes
susceptibles de arreglo, otros dos compañeros se han sumado hoy
también al club de los firmantes digitales y tengo la promesa en
firme de un par de ellos más que se han comprometido a estudiar como
va el tema para empezar a usarla en los próximos días. Yo, por mi
parte, he podido notar que ahorro bastante tiempo y que el sistema es
finalmente bastante cómodo, aunque quedan por resolver algunas
mejoras puntuales, ya hechas llegar al Servicio de Informática,
aunque de momento sin respuesta. Queda también acomodar el trabajo
diario al uso de esta nueva herramienta, en el sentido de abandonar
pautas que se van quedando obsoletas, como puede ser la impresión de
todas las resoluciones firmadas electrónicamente, lo que ocurre es
que no quiero “abusar” de la buena fe de la Jefa. Con el tiempo
se irá viendo que no tiene sentido seguir imprimiendo tanto papel y
todo caerá por su propio peso, y si no, pues habrá que darle otro
toque.
Día 7: Bien, cada día más contento.
Sigo sumando participantes en el uso de la firma digital y todo el
mundo coincide en que la herramienta es útil, aunque lógicamente
hay que adaptarse a la misma. Hoy, además, tenemos una nueva
incorporación en el Juzgado y yo he aprovechado para ofrecerme a
explicarle, entre otras muchas cosas, el uso de la firma digital. Es
curioso que ella, que no ha trabajado en su vida en un Juzgado,
cuando le he estado explicando el uso de la herramienta, me ha
planteado prácticamente las mismas dudas que yo tuve al principio,
de mero sentido común, sin que se entienda bien porque los
informáticos que han diseñado el sistema tienen un sentido común
distinto del nuestro.
Día 8: Que las tecnologías fallan ya lo
sabíamos, pero que empiece a fallar de una forma tan exagerada a los
pocos días de comenzar a usarla ya es peor: la Letrada de la
Administración de Justicia lleva dos días sin poder firmarme
digitalmente todo el tocho de trabajo que le he mandado. Está que
echa humo, por un lado porque ve como se le acumula el trabajo y, por
otro, porque cada vez más compañeros se van sumando a la
iniciativa. De hecho ya solo quedan 5 que no la usan para nada. De
los demás, hay uno que lo usa solo para determinadas cosas, pero los
demás funcionarios del Juzgado nos hemos volcado en el uso de esta
novedosa herramienta y, por lo que he podido preguntar, todos
contentos con ella, el proceso de adaptación ha sido realmente
rápido. Eso si, los compañeros que quedan suelen ser los más
remisos al uso de estas cosas novedosas, aunque lo cierto es que a
mediados de la semana que viene van a tener que hacerlo si o si,
porque hay una norma que les obliga. Se aproximan pues días
intensos...
Día 9: Hoy ha ido mejor el día. Parece
que el buen funcionamiento de la herramienta depende en buena medida
de la cantidad de gente que la esté usando a la vez, con lo cual,
como no la optimicen, el próximo día uno puede ser un verdadero
caos. Hoy ha vuelto una compañera que ha estado en un curso
relacionado con la firma digital y la verdad es que lo que nos ha
contado ha resultado un poco descorazonador.
Día 10: Se acerca el día límite, 1 de Junio y todavía hay compañeros que no se atreven con la firma
electrónica. Hoy me he ofrecido a darles un "cursillo" para ponerles de manifiesto las bondades del sistema,
pero a pesar de ello se resisten. De hecho hay una que me ha dicho categóricamente que ella, hasta que no
le obliguen, no piensa utilizarla. Cada uno es cada uno, pero lo cierto es que es una pena, porque la
herramienta ahorra bastante tiempo y es muy cómoda, al menos, como ya he dicho otras veces, para los
funcionarios. De todas formas La Jefa me dijo el otro día que cada vez firma más rápido, siempre y
cuando la plataforma le deje, claro, pero que por lo demás también ella está cada día mas contenta con
su uso. A ver que pasa el día uno de Junio, cuando la Juez se vea obligada también a utilizarla.
Día 11: EL DIA.
Efectivamente, hoy es el día. Los que se habían resistido al
cambio, no les queda otro remedio que adaptarse hoy, a la fuerza. A
pesar de eso, todavía observo que hay un par de remolones dándole
vueltas al tema. La administración nos obliga a todos, pero...¿Están
los Jueces incluidos en esa totalidad?. De momento la Juez del
Juzgado donde trabajo le dijo ayer a una compañera que ella no se
niega a utilizar la herramienta (hasta ahí podríamos llegar, la Ley
nos obliga a todos), pero que no puede hacerlo porque “le falta una
cosa” y ella creyó que los de informática iban a venir a instalá
rsela y que claro, se ha despistado y se le ha olvidado llamarlos
para que vengan y tal y cual. El caso es que dice que ella de momento
va a seguir firmando con boli. En lo que a mi respecta, la próxima
resolución que tenga que firmarme, se la voy a mandar
electrónicamente y que sea lo que Dios quiera. Por mi no va a
quedar, a ver por donde me sale. Seguiremos informando...
Día 12: La
suerte estuvo ayer de mi parte: no generé ni una firma de la Juez y
hoy, a primera hora de la mañana, teniendo en cuenta que la
incidencia la había puesto una Magistrada, estaba en el Juzgado el
de informática, arreglándole a la Juez “su problema”. Por
supuesto la firma que he generado hoy se la he enviado
electrónicamente, conforme a lo ya prometido, y no le va a quedar
otro remedio que tragársela, a pesar de su resistencia. En lo que a
los compañeros remisos se refiere, han tenido también que entrar
por el aro, todos salvo uno, el más difícil que “se ha salvado
por la campana”, porque es interino y justo ayer lo cesaron. Los
demás, con sus más y sus menos van afrontando el reto. Yo, por mi
parte estoy encantado. Ahorro un tiempo considerable, ahorro en
paseos a la impresora y cada día me voy organizando mejor con la
novedad, que a todas luces, ha llegado para quedarse. Insisto en que
hay cosillas que pulir, y en ello estamos, dando la lata casi a
diario al Servicio de Informática, pero se ve que, como casi
siempre, al no ser ellos los que lo sufren, no tienen demasiada prisa
en arreglarlo.
Día 13: Al
final, me pese o no, me he convertido en un referente en lo que a la
implantación de la firma electrónica, no solo en mi Juzgado, sino
también en los vecinos, se refiere. Me paso media mañana dando
explicaciones a dudas (la mayoría de las cuales me surgieron también
a mi al principio) de los compañeros. De momento las respondo
gustoso, por la novedad, a ver que pasa cuando pasen unos días y los
de siempre empiecen a preguntarme cosas que ya he contestado con
anterioridad varias veces. La verdad es que entre mis pocas virtudes
no está la paciencia, que le vamos a hacer.
Día 14 y epílogo: Bueno,
pues parece que esto llega a su fin, no por supuesto el uso de la
herramienta de firma electrónica con la que os he estado
martilleando las últimas dos semanas, por supuesto que no, sino el
magnifico CURSO DE INNNOVACION EN EL SECTOR PUBLICO en el que, casi
sin quererlo, me he visto inmerso. Soy una persona inquieta por
naturaleza, pero la verdad es que este curso me ha brindado la
oportunidad de recordar viejas pasiones que tenía escondidas, o
mejor dicho, un tanto aletargadas por el tedio de lo diario: el gusto
por lo nuevo, por ser capaz de tomar la iniciativa ante nuevos retos.
Este de la implantación de la firma electrónica, que de otra forma
lo hubiera tomado como la obligación de aceptar a regañadientes una
nueva herramienta informática que, como muchas de las novedades que
en los últimos meses y años nos están llegando en forma de
imposición, supone al principio un retraso en la labor diaria, pero
que al cabo de los meses terminamos reconociendo que “no viene
mal”. Esta vez, sin embargo, ha sido distinto. He intentado desde
el principio ver lo positivo de la herramienta, no cerrarme a su
utilización y no dejar de ser crítico con la forma en la que está
implantándose y creo que puedo decir, sin temor a equivocarme, que
se lo debo a este curso. También me ha servido para valorar las
ventajas del trabajo en equipo, para liderar un proyecto en el que
firmemente creía, sin renunciar a ello por simple comodidad, como en
ocasiones anteriores me ha ocurrido. Por lo tanto, y para terminar,
solo puedo decir que ha sido todo un acierto inscribirme en el mismo
y me ha enriquecido más de lo que nunca hubiera pensado. GRACIAS.
SINTESIS.-
El reto abordado en esta ocasión ha consistido en la implantación de la herramienta de firma electrónica en un Juzgado, liderado por quien suscribe y en colaboración necesaria con las "Jefas" y compañeros de oficina. El lugar de encuentro ha sido la Secretaría del Juzgado de 1ª Instancia nº 8 de Sevilla, nuestra caso, vuestra casa, y, por supuesto las charlas informales de la hora del café y de alguna que otra cerveza vespertina. La finalidad no ha sido otra que, con caso un mes de adelanto en el tiempo del uso obligatorio de dicha herramienta, ir probándola y adaptándonos a su utilización dentro de un clima de colaboración y positivismo. Hemos conseguido así llegar al día D con cierta soltura en su uso y "felices" de tan novedosa herramienta. Todos hemos aprendido con esta experiencia que la colaboración nos hace más fuertes y nos posibilita un mejor desarrollo de nuestras propias posibilidades.
Podemos pues decir que la experiencia ha sido totalmente positiva y que se ha conseguido alcanzar con nota el RETO propuesto en el plazo establecido para ello y podemos decir también que la herramienta, con las posibilidades de mejor que aún se vislumbran, ha terminado plenamente implantada en este Juzgado.